Madre mía. Este domingo, al unísono, entre cánticos y poemas, le dijimos: ¡Ser mamá es su profesión!
Porque Mamá no es un oficio, ni un nombramiento que por vía biológica le fue conferido. Madre no es una figura protocolar ni un asunto de legalidad explícito en los archivos de registro. Madre no es un término histórico-cultural que estructure un orden de relación en una familia. Madre no es solo quien engendra y quien proporciona recursos, no es quien da hospedaje y quien paga las cuentas; no es solamente a quien se debe obediencia y respeto: Madre es quien posee componentes afectivos, actitudinales y espirituales que le permiten Amar sin condición y sin límites, Enseñar con sensibilidad y persistencia, e Instruir con rigor y ternura. Es quien forma y hereda, sí, hereda buenos ciudadanos de principios y valores ¡Madre es prototipo de resiliencia, altruismo y solidaridad!
En palabras de Salomón, nuestro gran sabio, yo diría: Madre es quien se ciñe de fuerzas, porque fuerza y honor son sus vestidura. Madre es la esperanza y el amor que no se apaga, y a quien sus hijos le llaman bienaventurada. Madre es a quien su estima supera a los de las piedras preciosas.
Mamá es quien con amor nos ha formado y nos ha dado buen ejemplo, mamá es quien ha hecho de su rol más que una profesión; mamá es quien, sin conocimientos previos, pero con agallas, decidió asumir todas las áreas del saber y de la vida, para formarnos e instruirnos, para que en un futuro nosotros también demos vida.
A mamá no le encontramos en las universidades ni en los planes de estudios de cualquier asignatura. Mamá no está en las más sabias consejerías clínicas del profesional de la salud mental, ni en las enciclopedias más prestigiosas escritas por loables eruditos del planeta; Mamá no está en un guion, manual o instructivo metodológico a quien podamos recurrir para ser como ella metódicamente ¡No, es más que eso!
Mamá está en el sentimiento más entraño y sensible de su ser, que una vez salido a luz se vuelve imperecedero. Está en la esencia del perdón que lo reivindica todo a plenitud. Mamá está en el recibir y en el comprender. Mamá está en nuestro consciente e inconsciente que nos dice ¡Haz lo correcto! En todo eso: ¡Ahí está mamá!
¿Acaso no es loable ostentar todos esos atributos?
Madre: ¡Ser mamá es su profesión!
¡Su hijo que la quiere mucho!